En una carta dirigida al Cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, el papa Francisco recordó que, si bien el tema laboral es fundamental en la vida del hombre, resaltó que la persona “no es solo trabajo”.
Bergoglio hizo esta precisión en una misiva enviada a los participantes de la Conferencia Internacional titulada “De la Populorum Progressio a la Laudato Si’: El trabajo y el movimiento de los trabajadores en el centro del desarrollo humano integral, sostenible y solidario” que se realiza en el Vaticano el 23 y 24 de noviembre.
Bergoglio explicó que “el trabajo no puede considerarse como una mercancía ni un mero instrumento en la cadena productiva de bienes y servicios, sino que, al ser primordial para el desarrollo, tiene preferencia sobre cualquier otro factor de producción, incluyendo al capital”.
“De allí el imperativo ético de ‘preservar las fuentes de trabajo’, de crear otras nuevas a medida que aumenta la rentabilidad económica, como también se necesita garantizar la dignidad del mismo”.
Sin embargo, continuó el papa, “tal como lo advirtió Pablo VI, no hay que exagerar la mística del trabajo. La persona ‘no es solo trabajo’; hay otras necesidades humanas que necesitamos cultivar y atender, como la familia, los amigos y el descanso”.
“Es importante, pues, recordar que cualquier tarea debe estar al servicio de la persona, y no la persona al servicio de esta, lo cual implica que debemos cuestionar las estructuras que dañan o explotan a personas, familias, sociedades o a nuestra madre tierra”, subrayó.
El papa Francisco resaltó también que “el trabajo ‘condiciona no solo el desarrollo económico, sino también el cultural y moral de las personas, de la familia, de la sociedad’” ya que “como base del florecimiento humano, el trabajo es clave para el desarrollo espiritual”.
“Según la tradición cristiana, éste es más que una simple labor; es, sobre todo, una misión. Colaboramos con la obra creadora de Dios, cuando por medio de nuestro obrar cultivamos y custodiamos la creación, participamos, en el Espíritu de Jesús, de su misión redentora, cuando mediante nuestra actividad alimentamos a nuestras familias y atendemos las necesidades de nuestro prójimo”.
Francisco se refirió luego a la necesidad de recordar tres necesidades de las personas en el mundo de hoy, que él ha llamado las tres “t”: techo, tierra y trabajo, que va de la mano con otras tres “t”: trabajo, tiempo y tecnología.
Actualmente, lamentó el papa, “todo se justifica en función del dios dinero” por lo que “hoy ya no es solo la dignidad del empleado la que está en juego, sino la dignidad del trabajo de todos, y de la casa de todos, nuestra madre tierra”.
El papado también alertó ante 3 posibles tentaciones en este escenario:
1.- El individualismo colectivista
Esta tentación, dijo el papa, se refiere a proteger “solo los intereses de sus representados, ignorando al resto de los pobres, marginados y excluidos del sistema”.
“Se necesita invertir en una solidaridad que trascienda las murallas de sus asociaciones, que proteja los derechos de los trabajadores, pero sobre todo de aquellos cuyos derechos ni siquiera son reconocidos. Sindicato es una palabra bella que proviene del griego dikein (hacer justicia), y syn (juntos). Por favor, hagan justicia juntos, pero en solidaridad con todos los marginados”.
2.- Cuidarse del cáncer social de la corrupción
“Mi segundo pedido es que se cuiden del cáncer social de la corrupción. Así como, en ocasiones, ‘la política es responsable de su propio descrédito por la corrupción’, lo mismo ocurre con los sindicatos. Es terrible esa corrupción de los que se dicen ‘sindicalistas’, que se ponen de acuerdo con los emprendedores y no se interesan de los trabajadores dejando a miles de compañeros sin trabajo; esto es una lacra, que mina las relaciones y destruye tantas vidas y familias”.
“No dejen que los intereses espurios arruinen su misión, tan necesaria en los tiempos en que vivimos. El mundo y la creación entera aguardan con esperanza a ser liberados de la corrupción. Sean factores de solidaridad y esperanza para todos. ¡No se dejen corromper!”
3.- Educar en la solidaridad
El tercer pedido del papa fue que “no se olviden de su rol de educar conciencias en solidaridad, respeto y cuidado. La conciencia de la crisis del trabajo y de la ecología necesita traducirse en nuevos hábitos y políticas públicas”.
“Para generar tales hábitos y leyes, necesitamos que instituciones como las de ustedes cultiven virtudes sociales que faciliten el florecimiento de una nueva solidaridad global, que nos permita escapar del individualismo y del consumismo, y que nos motiven a cuestionar los mitos de un progreso material indefinido y de un mercado sin reglas justas”, concluyó.
Fuente: ACI Prensa
El trabajo es importante, pero también el descanso. Aprendamos a respetar el tiempo de descanso, sobre todo los domingos.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) October 10, 2015