La siguiente es una traducción de un artículo a favor por un nuevo pacto global por el medio ambiente publicado en Earth Law Center por Ben Thomas.
Este año, el primer mandato del presidente Trump llega a su fin. Estos cuatro años anteriores de su presidencia estuvieron marcados por debates políticos sobre temas como la inmigración, el comercio y ahora una pandemia mundial. Otro tema de preocupación para la administración Trump, y una agenda que avanza sin descanso, es la revocación de las regulaciones promulgadas por su predecesor. Una gran parte de estas políticas de la era de Obama se componen de regulaciones climáticas y ambientales, y el presidente ha logrado desmantelarlas en gran medida.
Ya sea revertir las reglas sobre la calidad del aire y el agua o recortar las restricciones sobre las emisiones de dióxido de carbono de las centrales eléctricas, las acciones de la administración Trump están poniendo en riesgo la salud de las personas y nuestro planeta. Pero a pesar de estas decisiones de la parte superior, muchos órganos de gobierno inferiores, como estados, ciudades, comunidades y otras partes interesadas, como las empresas, siguen comprometidos con políticas centradas en la protección del medio ambiente, como promover cambios hacia fuentes de energía renovables o unirse a coaliciones que apoyan al acuerdo de París.
Si bien estas acciones son inspiradoras, se necesitan enfoques más a gran escala para hacer frente a la crisis climática. Hace solo menos de dos años que el Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU informó que un aumento de 2° C de la temperatura promedio global por encima de los niveles preindustriales sería desastroso para el planeta y sus habitantes.
Para una hazaña tan enorme, la acción voluntaria en nombre de los gobiernos regionales y el sector privado no será suficiente. Necesitamos un enfoque más fuerte de la comunidad internacional, una agenda que pueda abrir el camino a través de compromisos multilaterales firmes entre las naciones. Una posible solución podría ser el Pacto Mundial por el Medio Ambiente, la iniciativa jurídica ambiental más abarcadora del mundo.
UN PACTO GLOBAL: ¿QUÉ ES Y POR QUÉ ES NECESARIO?
Posiblemente la próxima gran iniciativa ambiental de la ONU del siglo, el Pacto Mundial por el Medio Ambiente propone la adopción de un tratado jurídicamente vinculante cuyo borrador de texto se basó en los principios del derecho a un medio ambiente sano y el deber de cuidar el medio ambiente. Este sería un paso importante para el derecho internacional, acercando los derechos de la naturaleza a los derechos humanos.
Los defensores del Pacto Global también argumentan que un instrumento legal tan completo es necesario para llenar los “vacíos” en el derecho ambiental internacional, aclarar y definir principios ambientales importantes y mejorar la coordinación entre los órganos superpuestos. Este tipo de texto general garantizaría en última instancia que los principios que lo componen se integren e implementen de manera factible en los sistemas legales nacionales y mundiales.
"Constitucionalismo Ambiental"
La adopción del Pacto Global también podría contribuir al constitucionalismo ambiental global. En esencia, esto significa que a medida que sus principios se transformen en acciones ambientales obligatorias, se podría acelerar el proceso de integración de las normas ambientales en los sistemas legales nacionales. El movimiento por el constitucionalismo ambiental ha ido creciendo en todo el mundo, y el Pacto Global solo ayudaría a acelerar el proceso de los países que agregan la protección ambiental a sus listas de valores fundamentales de gobernanza.
Otra cualidad importante de los principios consagrados del Pacto Mundial, basados en los principios de la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, es que formarían obligaciones vinculantes. Estos pactos ambientales existen actualmente, pero carecen del peso de ser considerados normas aceptadas. Por ejemplo, debido a que es un instrumento de derecho indicativo, algunos de los principios de la Declaración de Río, como el principio de precaución, han sido objeto de interpretaciones contradictorias. En consecuencia, esto ha llevado a fallas en la implementación y ejecución efectivas. El Pacto Global resolvería la cuestión de qué principios se reconocen como normas, acelerando su aplicación en los sistemas jurídicos nacionales.
50 AÑOS EN LA FABRICACIÓN
¿Cómo surgió la iniciativa del Pacto Global y hacia dónde se dirige? El movimiento para crear un marco legal global para la protección ambiental se remonta a la Conferencia de Estocolmo de 1972. Este evento histórico condujo a la creación de leyes ambientales nacionales en todo el mundo, e incluso al advenimiento de múltiples ministerios ambientales nacionales. A pesar de este impacto, la declaración resultante de la conferencia fue un instrumento de ley blanda sin fuerza legal.
El siguiente gran paso adelante del movimiento fue la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992. Al establecer principios constitucionales para la gobernanza ambiental global, la Declaración de Río catalizó la adopción de normas consuetudinarias, muchas de las cuales fueron adoptadas en tratados internacionales. Los principios de derecho indicativo de la Declaración sentaron las bases para el Pacto Global, encendiendo un debate mundial sobre la necesidad de un marco legal que lo abarque todo.
En 2015, el grupo de expertos legales Club de Juristes publicó un informe en el que recomendaba la adopción de un Pacto Universal para combinar el derecho ambiental en un único instrumento integral. El informe aprovechó el éxito del reciente Acuerdo de París y el apoyo internacional continuó creciendo hasta 2017, cuando más de 100 expertos en derecho ambiental de más de 40 países se reunieron para finalizar un borrador de texto. Ese mismo año, el grupo de expertos, encabezado por el presidente de la COP 21, Laurent Fabius, publicó el libro blanco Toward a Global Pact for the Environment (Hacia un Pacto Global por el Medio Ambiente).
El favor internacional siguió creciendo en este momento, con más de 40 jefes de estado expresando su apoyo en la Cumbre sobre un Pacto Global por el Medio Ambiente. La acción en nombre de la Asamblea General de la ONU se finalizó en mayo de 2018 con la adopción de la resolución "Hacia un Pacto Mundial para el Medio Ambiente". 143 estados votaron a favor de adoptar la resolución con solo 5 en contra, uno de esos cinco es Estados Unidos.
Una condición de la resolución era que el Secretario General de la ONU preparara un informe, que tras su publicación en noviembre de 2018 expresó que el derecho ambiental internacional podría de hecho ser fortalecido por un instrumento legal integral y unificador. Un grupo de trabajo, establecido para hacer recomendaciones a la Asamblea General de la ONU sobre el tema, se reunió para tres reuniones sustantivas en Nairobi durante 2019.
¿DÓNDE ESTÁ EL PACTO AHORA Y QUÉ SIGUE?
A diferencia de los hitos anteriores dentro de la iniciativa del Pacto Global, los estados miembros lucharon por encontrar un consenso durante las reuniones de Nairobi. Las recomendaciones adoptadas por los estados supusieron un firme retroceso frente a los objetivos originales de la iniciativa, y se plasmaron en una vaga declaración de acciones alentadoras que carecen de contenido vinculante. Lo más decepcionante es que las recomendaciones proclaman que el camino a seguir ahora pasa por que los Estados hagan una “declaración política” sobre el tema en 2022, el 50º aniversario de la Conferencia de Estocolmo.
¿Qué es lo siguiente? Bueno, los partidarios de la iniciativa tienen la esperanza de que los esfuerzos continuos puedan llevar a una adopción formal del Pacto en 2022. Aquí en los Estados Unidos, las tensiones políticas cambiantes con respecto al cambio climático también podrían conducir a un apoyo futuro para tal acción. Si el gobierno de los Estados Unidos desea abordar las preocupaciones, debe tomar la iniciativa en las negociaciones multilaterales y ayudar a formular la discusión. En cambio, si nuestra situación política en dos años refleja la de hoy, es posible que veamos a Estados Unidos marginado a medida que la comunidad internacional avanza en la conformación del derecho ambiental mundial. Estados Unidos podría desear evitar una situación como la que los desastrosos efectos del cambio climático empeoran a nivel mundial. Quizás el país incluso quiera liderar la carga contra la amenaza, como lo ha hecho con otras crisis posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Esta es la oportunidad de mostrarlo.
Fuente: Earth Law Center