Apagan uno y se prende otro. Pasan las horas, pasan los días, pasan las semanas, y los incendios en Chile no cesan: se propagan. Contienen uno y se descontrola otro.

Nueve muertos, un pueblo entero arrasado por las llamas y más de 238.000 hectáreas quemadas en total es el saldo de los incendios forestales en Chile.

"Hemos perdido entre 800 y 1000 casas, podemos decir que el pueblo de Santa Olga se quemó, hay localidades completas quemadas", sintetizó Carlos Valenzuela, alcalde de Constitución, una localidad del centro-sur de Chile que fue asolada por el terremoto y tsunami de 2010 y que ahora está bajo las llamas.

"Este drama echa por tierra todo lo que habíamos ganado, pero nos vamos a levantar de nuevo", dijo el jefe comunal en contacto con la prensa.

En el pueblo de Santa Olga viven poco más de 7000 personas: todas fueron evacuadas antes de que las llamas acorralaran sus hogares. Pero los incendios forestales en la zona rural de Chile comenzaron hace dos semanas y ya se cobraron nueve vidas en total. Ayer murieron tres personas que acudieron al rescate de familias campesinas y que no pudieron escapar de las llamas: un funcionario de Bomberos y dos efectivos de Carabineros.

La presidenta Michelle Bachelet recorrió la zona, sostuvo reuniones de emergencia, lamentó las siete muertes, envió condolencias y decretó duelo regional. "No vamos a bajar los brazos hasta que la situación esté controlada", dijo.

La Oficina Nacional de Emergencias de Chile (Onemi) reportó que hay 64 incendios activos en la zona crítica y que son más de 35 los que se encuentran sin control. La Corporación Nacional Forestal (Conaf), por su parte, cifró en 99 los siniestros en el país. Hay más de 5000 personas que combaten el fuego en tierra y decenas de helicópteros y aviones atacan desde el aire, incluido el avión de combate de incendios más grande del mundo, el Supertanker estadounidense, que fue financiado por Lucy Avilés, una filántropa chilena en Colorado que entregó el dinero para operar la nave durante seis días en Chile. El aparato, con capacidad de 72.000 litros de agua, sobrevoló ayer la zona de Hualañé y realizó dos descargas: logró aplacar los incendios y la temperatura en esa zona.

A la fecha, hay once personas detenidas como sospechosas de haber iniciado intencionalmente algunos de los focos de fuego, mientras que un fiscal especial indaga la posible responsabilidad de empresas eléctricas, por falta de manutención en el tendido eléctrico en zonas rurales.

Fuente: La Nación

Fuego incontrolable

En lo que va de la habitual temporada de incendios forestales ya se ha quemado más territorio que en cualquier otro año: van más de 300.000 hectáreas incendiadas, según cifras de la estatal Corporación Nacional Forestal (Conaf) difundidas el martes por la tarde.

Y siguen contando. Porque se estima que los fuertes vientos, las altas temperaturas y la sequía continuarán.

La temporada, los chilenos saben bien, apenas comienza. Se promedian 7.000 incendios al año.
La presidenta Michel Bachelet, decretó estado de emergencia en varios de los sectores afectados, sobre todo en el centro del país.

Las autoridades han reportado 11 muertos, cuatro bomberos y dos policías.
También informaron sobre decenas de heridos, cientos de casas destruidas y más de 4.000 personas evacuadas de sus casas.

Divisiones

Y la razón por la que el fuego sigue prendido, a pesar de algunos aspectos en los que hay consenso, es motivo de un acalorado debate político que ha dividido a los chilenos.

Además, en plena campaña de cara a las presidenciales de noviembre.

Pocos dudan que en el origen de cada incendio, en Chile o en cualquier parte del mundo, está la mano humana, que por descuido, malas prácticas y a veces intención puede generar fuego con, por ejemplo, arrojar una botella de vidrio en el bosque.

Fuente: BBC

Comentario

¿Cómo podrían las casas y los terrenos compararse en valor con las almas preciosas por las que Cristo murió? Por vuestro intermedio, estimados hermanos y hermanas, esas almas podrían salvarse con vosotros en el reino de gloria; pero no podéis llevar con vosotros la parte más pequeña de vuestro tesoro terrenal. Podéis acumular todo lo que deseáis, podéis conservarlo con todo el celoso cuidado de que seáis capaces, y a pesar de esto Dios puede dar la orden y en unas pocas horas un fuego que nadie podría apagar puede destruir lo que se ha acumulado durante toda la vida y convertirlo en un montón de ruinas humeantes. Podéis dedicar todos vuestros talentos y energías a la tarea de acumular tesoros en la tierra; ¿pero de qué os servirá todo esto cuando se acabe vuestra vida o cuando Jesús venga? Todo lo que habéis sido exaltado aquí en detrimento de la vida espiritual, seréis rebajados en vuestra dignidad moral ante el tribunal del gran Juez. “¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”. Marcos 8:36. {CMC 224.2}