El general superior de la Compañía de Jesús ha dicho que toda doctrina de la Iglesia debe estar sujeta al discernimiento.

En una entrevista con un periodista suizo, el cura Arturo Sosa Abascal dijo que las palabras de Jesús también deben ser sopesadas en su "contexto histórico", teniendo en cuenta la cultura en la que Jesús vivió y las limitaciones humanas de los hombres que escribieron los Evangelios.

En un diálogo sobre la enseñanza de la Iglesia Católica sobre el matrimonio y el divorcio, cuando se le preguntó acerca de la condena de Cristo por el adulterio, el general Sosa dijo que "habría que reflexionar mucho sobre lo que Jesús dijo realmente".

"En ese momento, nadie tenía una grabadora para anotar sus palabras. Lo que se sabe es que las palabras de Jesús deben ser contextualizadas, expresadas en un lenguaje, en un contexto específico, dirigidas a alguien en particular."

El general Sosa explicó que no quería cuestionar las palabras de Jesús, sino sugerir un examen más profundo de "la palabra de Jesús tal como la hemos interpretado". Dijo que este nuevo proceso de discernimiento debe ser guiado por el Espíritu Santo.

Cuando el periodista señaló que el discernimiento de un individuo podría llevarlo a una conclusión en desacuerdo con la doctrina católica, el superior jesuíta respondió: "Así es, porque la doctrina no sustituye al discernimiento, ni sustituye al Espíritu Santo".

Fuente: Catholic Culture

De acuerdo a un propio teólogo católico, Jeffrey Mirus:

En otras palabras, el general Sosa Abascal demostró su compromiso total con el Modernismo teológico, que sostiene que la cultura humana determina qué es la verdad para nosotros en cada época.

El resultado práctico de esto es que las enseñanzas morales de la Iglesia, arraigadas tan firmemente en la Escritura, la Tradición y la ley, pueden ser reinterpretadas en cada época, para asegurar que significan exactamente lo que queremos que significen, ni más ni menos.

El enfoque generalizado puede describirse en la siguiente cita imaginaria: "Este pasaje bíblico afirma una posición moral que ahora sabemos que es falsa a través de los avances científicos modernos. Por lo tanto, como se dijo, no representa adecuadamente lo que Cristo dijo. Se ha presentado en las categorías afirmadas por la cultura popular de la época. Pero como Cristo siempre fue tan justo como ahora nosotros podemos ser, sabemos que lo que él realmente quiso decir es lo que nosotros discernimos que es verdad en nuestra época más iluminada".

Esto no es una broma: es realmente cómo la exégesis y la teología practicada por aquellos sin fe siempre funciona.

Fuente: Catholic Culture

De acuerdo a otro propio teólogo católico, C.C. Peckhold, acerca de lo dicho por el general de los jesuitas:

"Esto refleja un profundo escepticismo acerca de la Sagrada Escritura, apenas disfrazado por la necesidad declarada de "contextualizar" las palabras de Jesús."

Cuando se presiona al general jesuita sobre el implícito relativismo, el cura Sosa respondió:

"Eso no es relativismo, sino que atestigua que la palabra es relativa, que el Evangelio fue escrito por los seres humanos, y es aceptado por la Iglesia que está formada por personas humanas".

Esto parece una visión extraordinariamente horizontal y sociológica del Autoridad de la Santa Biblia, y la autoridad de las palabras de Cristo, que, a su juicio, son simplemente palabras "relativas" a un tiempo y lugar particular diferente al nuestro.

La clara implicación es que las mismas palabras pueden significar algo completamente diferente, relativo a nuestro propio tiempo y lugar.

Fuente: Aleteia

Comentario:

Hasta los propios eruditos católicos se dan cuenta de que este tipo de modernismo teólogo que indica que las Escrituras deben ser "adaptadas" a la época, es pura excusa de quienes esperan llamar a lo malo bueno y a lo bueno malo. La verdad es que el pecado es siempre pecado, lo malo siempre será malo, y lo bueno siempre será bueno, según está explícitamente señalado en la Palabra de Dios.

Lamentablemente, hoy en día también dentro de los grandes teólogos y eruditos adventistas, hay quienes que, además de la Biblia, indican que los escritos de Ellen G. White deben ser "adaptados" a nuestra época e "interpretados de acuerdo a su época de ella."

Pero así no funciona Dios. Dios no cambia. Dios no se "adapta" a la época. Dios no se "moderniza" a la época. Y todos los que quieren vivir en este engaño, para así poder vivir tranquilamente en sus pecados, están jugando con fuego.

Sin duda alguna, lo que el general de la orden de los jesuitas tiene en mente al indicar que las Escrituras deben ser "sujetas al discernimiento", es el sábado del cuarto mandamiento, el cual ellos (el papado) cambiaron al primer día de la semana: el domingo.

Cabe también mencionar que para el General de los Jesuitas, la Biblia fue escrita por seres humanos, y no por hombres inspirados por el Espíritu Santo, es decir: por Dios.